Los caminos sagrados del Imperio inca

L os incas fueron todo en uno: arquitectos, ingenieros civiles, hidráulicos y viales. Si bien su genio civilizador tiene su santo grial en la ciudadela de Machu Picchu, el Valle Sagrado podría verse como una versión deconstruida de la suma de sus partes. Recostado en los Andes, un sembradío de palacios, templos y fortalezas dosifica su impacto a través de diversos itinerarios en torno al curso del río Urubamba.Desde Cuzco, el autobús atra viesa pueblos rurales al pie de las montañas que sirvieron de amparo y territorio de experimentación para los habitantes del Tahuantinsuyo, el nombre oficial del dominio más extenso de la historia precolombina, 4.000 kilómetros desde el sur de Colombia hasta la región del Bio Bio, en Chile.La escultura del Cristo Blan co, levantada en 1945 en el cerro Pukamoqo, anuncia el mirador natural de la capital del imperio, a 3.600 metros de altura. Por el camino se alinean las casas de adobe, en su mayoría ataviadas en sus techos de teja con los toritos de Pucará que, según juran los pobladores, regalan suerte y prosperidad a sus huéspedes.Bajo un sol de verdugos irrumpe un desfile de mercados improvisados por vende dores ambulantes de cuys empalados a las brasas, choclos con queso y artesanías reconocibles en todo el continente.Paso obligado. El Valle Sa grado, franja de unos 60 kilómetros...

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