Esas cancioncitas navideñas

Si mal no recuerdo, desde que era niño, cada diciembre las radiodifusoras repiten las mismas canciones navideñas.Qué manía. Hay tres principales en el cancionero venezolano. Yo no olvido el año viejo. El burrito sabanero y Faltan cinco pa’ las doce.Todas las emisoras parecen ponerse de acuerdo para machacarlas una y otra vez hasta lograr atormentarnos. Examinando con cuidado sus letras podemos evidenciar que sus compositores eran un tanto jodedores.Empecemos por el hecho de no poder olvidar el año viejo porque nos dejó cosas muy buenas, hay que decir que ni tanto. Primero nos dejó una chiva. ¿En Caracas? ¿Dónde metemos la bendita chiva? Y sus excrementos. ¿Quién y cómo lo limpiamos? Díganme ustedes si alguien puede razonablemente sacar a pasear una chiva como si fuera un perro. Imposible. Y el sonido que emiten. Peor que berrear, balear. Y hay algunas que balean más que Diosdado.¿Quién las baña? De verdad, verdaíta que aquel ser cuyo balance anual culmine con una chiva en su apartamento no puede afirmar que el año le fue fructífero. Por cierto, a Henrique Capriles le regalaron en su campaña de abril un chivo padrote si es que pueda llamarse así. Y creo que terminó convertido en tarcarí.También nos dejó una burra negra. Aquí sí la vaina se puso rara. ¿Cuál es el beneficio de tener una burra en la casa? Si fuera por lo menos como Platero, un burro pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera que se diría todo de algodón, que no lleva huesos, según contaba Juan Ramón Jiménez. Pero ¿un burra negra? Seguramente algún lector travieso está pensando que yo voy a decir cosas indecibles. Sí, del asunto aquel que practican los muchachos en los pueblos como Sabaneta.Pero no lo voy a hacer. Sigamos. Una yegua blanca. Caramba, el asunto luce racial.Una negra y una blanca. A in ventario bien raro. Y finalmente una buena suegra. ¿Buena en qué sentido? Claro que hay buenas suegras, yo tengo un amigo que tiene un primo que oyó en casa de un sacerdote belga que en una confesión cristiana un bendito le había dicho que la suegra de su compadre era buena. De que vuelan, vuelan.Ahora, imagínense por...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR