Candidato boxeador

Ayer el candidato del Gobierno, escogido por sí mismo y por un cogollito de militares y civiles de la quinta república, inició su campaña electoral con un mitin en el centro de Caracas, en el cual anunció, haciendo una mímica que recordó más bien a un viejo boxeador pasado de peso, que acabaría con la oposición con un gancho al hígado. Qué maravilla democrática salir al ruedo a competir con unos jóvenes precandidatos partidarios de la democracia que no son boxeadores, ni militares ni corruptos. Pero llama la atención esa expresión boxística cuando uno de los precandidatos de la oposición es precisamente una mujer, María Corina Machado, a quien ningún hombre serio y de principios amenazaría con golpearla en el hígado.

Ese lenguaje militar que obliga a considerar al otro un enemigo que debe ser destruido (sea hombre o mujer, no importa) debe ser desterrado del pensamiento presidencial, porque el clamor mundial está dirigido al cese de la violencia y en pro de la paz. En Venezuela, por fortuna, cala cada día más en la opinión pública el rechazo rotundo a la violencia contra la mujer, especialmente en los sectores populares, donde resultan epidémicas las palizas contra jóvenes madres a quienes sus maridos martirizan con golpes en el hígado como promueve, en su lenguaje político, el Presidente por sus aborregados medios de comunicación oficialistas.

No contribuye en nada a cesar esta ola de violencia en los barrios del país el hecho insólito de que, desde el poder, se instigue a usar la fuerza como una forma de eliminar las quejas y las críticas en la vida privada, y mucho menos en la...

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