Cantares digestos

1 .Culte de moi: Prefiguración del yo, demostración de un adentro arraigado que limita las imágenes del afuera. Culto a la incesante búsqueda de esa silueta que a veces se borra. O es tiempo en cada declaración.La verdad superior que expresaba Søren Kierkegaard se deposita en los pliegues del yo poético, una suerte de absurdo que desvanece la verdadera personalidad de quien poetiza la realidad mediante la ironía.Cantares digestos, de Luis Moreno Villame diana, poemario publicado por la editorial merideña Mucuglifo, en 1996, se muestra con un discurso proteicamente centrado en ciertos rasgos en los que el cuerpo busca al dueño del que habla, suerte de extraviado asentado en un epígrafe / horma que se ajusta a una declaración de José Durand: Desde entonces me llamo Luis y como tal sigo perdido.En el baño, texto que abre el libro, dice: estoy ahora en territorio inédito, en un cuarto pequeño y diseñado a fuerza de azulejos, grifos, cañerías; me dirijo al espejo y veo mi nariz sin obstáculos, roja y abultada como un desconocido promontorio.El lenguaje se ovilla en sus sonidos y da a conocer las imágenes en la noción de un pasado hecho presente, libre; el ego utópico, inalcanzado en su plena solvencia. El yo de quien dice se confunde con los objetos ante los ojos que miran desde el espejo y se revela en el promontorio por donde también ingresan las formas del mundo. La desolación, los olores, el cuerpo que se deshace y se convierte en emanación de un poema. El poeta luce una sintaxis viva, flexible, que se mueve con la lectura.Ese mismo reflejo está en Definición de la persona. Si bien en el texto anterior el espejo define, en este poema alguien se somete a una confesión o a una mirada ajena desde quienes desean verme en una mesa, / desierto y disecado. El culto al yo, el manoseo a esa primera persona que viaja y sigue allí atento, / en espera de mí, / que voy siempre a otra parte. ¿Cómo separar esa transpiración interior, ese apego íntimo de lo que acontece más allá de los sentidos? ¿Cómo hacer para no dejar de ubicarse, si estoy mirándome / juego a verme en medio de las plantas, / secretamente solo entre tanta clorofila...? No hay nada más íngrimo que el yo.2.Los viajes realizados por el autor, trave sías de lenguaje, tocan ensayos cotidianos, prácticas en las que las confesiones son un escudo o una justificación para elaborar el universo discursivo. Moreno habla desde un él encubierto, hecho yo desmitificado. En el diván está el libro, el...

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