El tour A capella de la Schola Cantorum recorrerá 12 escenarios de Estados Unidos

La sala de ensayos de la sede de la Schola Cantorum no es más grande que la mitad de un vagón del Metro. En las paredes blancas cuelgan afiches que recuerdan algunos momentos vividos por sus integrantes, como cuando presentaron La Pasión según san Marcos de Golijov en el Festival de las Artes del Sydney Opera House de Australia, en 2003. A pesar de su tamaño, es un sitio lleno de vida. En él retumban diariamente las voces de sopranos, tenores y bajos, que ensayan con tesón los más variados repertorios, todo con el objetivo de preservar y difundir el canto coral. El miércoles por la noche, más de 30 personas estaban allí reunidas, literalmente codo a codo, con las partituras abiertas sobre sus atriles. Al frente del grupo se encontraba la profesora María Guinand, como le dicen a la directora titular de la Schola Cantorum. Aunque más o menos igual luce una clase cualquiera, ésta tenía una connotación especial: afinar todos los detalles para emprender la última gira del año, A capella, un recorrido por 12 escenarios de Estados Unidos. Veo a demasiada gente pe gada a la partitura y esto va de memoria, repite Guinand. Su gesto es severo, pero lo matiza con su voz suave. Ella organiza todo no sólo para el tour, sino también para el concierto que celebrarán hoy en el auditorio de la Asociación Cultural Humboldt. En una hora y media de ensa yo, se pasean por las partituras de Abraham, Bin-Nam-Ma y Magnificat-Gloria, todas de Alberto Grau. En la interpretación no sólo usan sus voces, sino que además acompañan los cantos con gestos de las manos y...

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