Caracas celebró, entre piedras y goles

En el Caracas de la gente, es el público el que manda. Es la masa la que paga la entrada y la que ayer determinó en que momento se comenzaba a jugar en el Olímpico de la UCV, donde terminaron festejando la victoria sobre Carabobo (2-1), en una jornada ensombrecida por nuevos actos de violencia. Amparados en quién sabe cuál derecho, un grupo de la afición roja obligó a retrasar el inicio del partido mientras protestaba por los precios de los boletos cada vez que salen de visita. Al mismo tiempo que otro puñado, unos cincuenta, en su mayoría con el rostro cubierto, esperaban a la afición del Carabobo la cual se tuvo que devolver a Valencia con los vidrios rotos de sus seis autobuses luego que los encapuchados decidieran que no podían entrar y los emboscaran a pedradas. Sin afición visitante, Caracas se encontró aún más cómodo ante un denso Carabobo, incapaz de crear serio peligro hasta el último minuto del partido en el que Oswaldo Chaurant descontó la justa ventaja que habían conseguido antes Edgar Jiménez y Jesús Meza. En un partido que dominó...

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