Carlos Medina va del volumen a lo étereo

Para hacer un recuento de los últimos 25 años de carrera artística de Carlos Medina se necesitan, por lo menos, 3 pisos de una galería. De entrada, sus esculturas se deben fundamentalmente al espacio que ocupan. Se trate de la monumentalidad de un par de lágrimas de madera de más de 3 metros de altura o de los Frag mentos de lluvia , las instala ciones de pequeñas gotas plateadas elaboradas en aluminio y nailon, el suyo es un trabajo determinado no tanto por su materialidad como por su capacidad para enriquecer el lugar donde se exhibe.Esa es la conclusión a la que se llega después de recorrer la muestra De lo material a lo esencial , que traza un recorrido por la obra del creador barquisimetano desde los años ochenta hasta la actualidad, en la galería de arte Ascaso. La antología comienza con una serie de piezas de gran formato elaboradas en hierro y madera, en las que el volumen es el protagonista. Para ese entonces, Medina concebía la escultura como sinónimo de masa, peso y corporalidad.No es de extrañar que así fue ra, pues venía de trabajar con el mármol, explica.En contraposición con las obras de las décadas de los ochenta y noventa que se exhiben en la primera parte de la muestra, la segunda sala es un canto a la levedad, a lo etéreo.Allí están expuestas las instalaciones Fragmentos de lluvia y Neutrinos , fechadas en 2012 y 2013, respectivamente, en las que las formas delicadas elaboradas en metal y acrílico penden del techo, sujetas por hilos invisibles. Son conceptualizaciones minimalistas reguladas en el espacio a partir de ideas desarrolladas in situ, pero previstas en los muchos dibujos realizados desde...

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