Carlos Moros Ghersi: huella y legado

Todavía en plena actividad existencial creadora y dinámica, se nos acaba de ir ese gran ve nezolano que se llamó Carlos Alberto Moros Ghersi, Cabeto para sus familiares y amigos. Desde que entró hace ya más de cinco décadas en la Universidad Central de Venezuela como estudiante de su Facultad de Medicina, ese sería por el resto de su vida el hábitat de su quehacer cotidiano. No estaríamos aseverando nin guna impropiedad si decimos que Carlos Alberto Moros Ghersi vivió, sin reposo y sin pausa, pasión y convicción al mismo tiempo, al servicio del Alma Máter. Debe quedar claro que al afir mar lo que hemos dicho no pretendemos ensalzar un quehacer burocrático ni afianzar una posición de poder de una de las instituciones vitales para el funcionamiento saludable, consciente de su papel, de cualquier sociedad que tienda a engrandecer su misión a favor del prójimo. Así entendió el rector Moros Ghersi su compromiso con el país, sobre todo con la juventud, razón de ser de la universidad. Lo que queremos resaltar es que, en su condición de rector, Moros Ghersi intentaba que el país comprendiera que la tarea de nuestras casas de estudio es intransferible y debe llevarse a cabo instante a instante, si queremos que el país alcance un desarrollo ostensible que penetre en todos sus estratos enhiesta mente, combatiendo sin cuartel, por un lado, la barbarie entronizada y, por el otro, la desidia y el relajo entrópicamente inmoral. Antes que...

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