El Carnaval se perpetúa en Sabana Grande

Daniel Puyol es un adicto al Carnaval de Sabana Grande. A los 58 años de edad, asegura no haber dejado de asistir a una sola festividad en el boulevard: "Tenemos el tramo cerrado y el polvero que nos hace toser por las construcciones, pero no me pierdo esta fiesta".

El desfile de personas disfrazadas comienza en la torre La Previsora, en Plaza Venezuela, y culmina en Chacaíto. Allí, detrás de una pequeña tarima, están los payasos. "Suelen ser divertidos cuando uno no tiene adónde llevar a los niños por falta de dinero", afirma Grecia Anzola.

La mujer, que luce una peluca de varios colores, cree que el bolsillo no debe condicionar la celebración del Carnaval. "Quien no quiera festejar es porque es aguao. Siempre hay opciones hasta para el más pobre", afirma.

El entretenimiento parece depender de la edad. Los niños prefieren saltar en colchones inflables y pintar sus rostros. Las tánganas y los papelillos son acaparados por los adolescentes. Y los adultos optan por disfrutar los grupos musicales.

"No es lo mismo". La festividad fue menos visible en otros lugares. Sentados en un banco de la plaza Bolívar de El Hatillo, Leopoldo y Teresa Villegas, de 80 y 63 años de edad, respectivamente, añoran los viejos Carnavales. "No son como antes. En mi época se podía ver cantar a la Billo's Caracas Boys y se hacían comparsas en toda la ciudad, era una tradición. Se celebraban en Capuchinos, La Pastora y Los Próceres", recordaron.

Fanny Gil, que llevó a sus dos hijos al municipio, esperaba lluvias de papelillos y serpentinas. "Soy de Petare y vine a disfrutar de las fiestas, pero noto que falta sabor. Sin papelillos y tánganas parece a una procesión sin velas", dijo.

Aunque en El Hatillo se...

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