La carpeta de Antonio Muñóz Molina

El maestro llega en bicicleta a sus clases de escritura creativa de New York Univer sity. Su ruta es a lo largo del río Hudson. Se quita el casco, asegura la bicicleta y sube a su oficina. Luego aparece en clase con su inseparable carpeta.El sabio lo es más por ser pre cavido. Cuando observamos en la pantalla de TVE a Muñoz Molina, el 25 de octubre de este año, entrar al teatro donde recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, era el único entre los galardonados que llevaba una carpeta en la mano. Mientras que al Príncipe de Asturias le falló el tele promter durante incómodos minutos ahogados en silencio, Muñoz Molina había antes navegado firme sobre las hojas de su discurso: Escribir empieza siendo casi siempre un sueño o un capricho o una vocación imaginaria. Pero el sueño, el deseo, el capricho, no llegan a cuajar en nada si no se convierte en un oficio.Escuchaba sus palabras por TVE y me sentía en el salón de clase de 19 University Place.Tener un cuaderno es como tener una habitación, soltaba siempre frases que atrapábamos como tesoros fugaces.Observaba a aquel hijo de campesinos que se labró su destino al abandonar los limitados confines de Úbeda, en la que nació un 10 de enero de 1956. Marcharse de Magina, el nombre ficticio de su ciudad, escenario de varias de sus obras, para desterrase él mismo, como uno de los personajes de Sefarad.Sefarad, novela de novelas, es la obra aunada a una trayectoria de preocupación por las libertades y el destino del hombre que más peso tuvo para obtener este año el Premio Jerusalén. Un libro difícil de clasificar ¿y para qué queremos etiquetas?, diría él, es una de las dos obras maestras de Muñoz Molina. Fragmentos entramados por el destierro;l a vida normal que de pronto deja de serlo. Una novela que se convierte en ensayo y viceversa, con el uso de un leguaje melancólico acorde al marco de lo narrado y que hace que al lector se le arme un nudo en la garganta o suelte unas lágrimas de compasión. Y tú qué harías si supieras que en cualquier momento pueden venir a buscarte, que tal vez ya figura tu nombre en una lista mecanografiada de presos o de muertos futuros, de sospechosos, de traidores...Cada mañana despiertas creyendo ser el mismo que la noche anterior y reconociendo en el espejo una cara idéntica, pero a veces en el sueño te han trastornado jirones crueles de dolor o de pasiones antiguas.El jinete polaco es la otra obra maestra de Muñoz Molina, la más literaria si se quiere, un...

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