Cartagena me recuerda a Coro, Ciudad Bolívar y Puerto Cabello

Cómo llegar. Desde Maiquetía no hay vuelos directos a Cartagena. Es necesario hacer escala en Bogotá. El pasaje es costoso para la distancia, pero todo se debe a la demanda. Cartagena es el más importante polo turístico de Colombia y sus precios en hospedaje y comidas se adecúan a su fama. Pura nostalgia. Mi última visi ta a Cartagena había sido hace 20 años. Todavía no me había gozado a plenitud Coro, Ciudad Bolívar o Puerto Cabello. Tampoco tenía tantas nociones sobre lo que podía ser una ciudad con vida propia que recibiera turistas. Un casco histórico repleto de alma, donde la gente tiene su hogar, cocina, hace mercado y se sienta en la puerta a ver pasar el mundo mientras recibe algo de fresco. Es muy triste caminar por una escenografía sabiendo que cada muro ancho e imponente esconde monte y escombros. Que cuando son las 8:00 de la noche el centro se apaga porque cerraron los museos, la iglesia y las oficinas de gobierno. Como la gente se mudó de allá para siempre, el sonido se extingue y la vida se acaba. Igualito que ocurre en los cementerios. En este recorrido muy recien te de cuatro días por Cartagena de Indias, vecina ciudad colombiana, entendí que Ciudad Bolívar, Coro o Puerto Cabello pueden ser tan prósperas, felices y orgullosas como esta vieja, noble y visitada urbe amurallada. Todas las nuestras tienen su puerto cerca Âya sea de río o de mar su historia colonial, muchas de sus casas de muros anchos, techos de tejas y ventanas grandotas, algunos museos venidos a menos pero recuperables, calles angostas y clima cálido todo el año. Es verdad que falta voluntad, seguridad, vida y constancia. No quisiera que seamos para siempre un país donde nuestro único valor turístico sea la naturaleza, extraordinaria, rica y generosa, pero que no implicó ningún esfuerzo por parte de los venezolanos. Fue un regalo generoso de Dios. ¿Qué tal si empezamos a compartir el talento nuestro y el de quienes nos antecedieron?

Todo se hace caminando. In sisto. Una ciudad es amable cuando la puedes caminar. Sólo así logras inmiscuirte en su vida, asomarte por las ventanas, detenerte en las vidrieras, conversar con quienes se sientan en la esquina, comprarle panes y frutas a los vendedores ambulantes, preguntar precios en vivo, asombrarte con la arquitectura, los colores y los sabores. Y no importa todas las veces que pases por la misma calle, siempre hay una novedad. Así es Cartagena, con la euforia de su muralla. Mi sensación es que la muralla te...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR