El Cascanueces custodia el legado de Nebrada

La espectacularidad es el distintivo de Vicente Nebrada. Su estilo combina movimientos naturales y dramáticos con efectos visuales en una escenografía realista. Hace 16 años se realizó el primer montaje de El Cascanueces con su coreografía y, aunque falleció en 2002, su legado ha continuado en manos de los maestros que aprendieron de él. Desde hoy, el Ballet Teresa Carreño celebra la tradición ininterrumpida que cuenta la historia de una niña que se convierte en la majestad de un reino de fantasías junto a su soldadito de madera hecho hombre. Alice Dotta, presidenta de la Fundación Teatro Teresa Carreño, dijo que la idea es que en la obra se reconozca el esfuerzo y el talento de los venezolanos que siguen adelante y crecen con nuevas propuestas. Personalmente, cada vez que veía El Cascanueces decía que era como una película puesta en escenario, donde cada cosa y cada personaje están en su lugar. Todo movimiento está cal culado y pensado fotográfica, escenográfica, coreográfica y musicalmente. Eso es lo que hace grande a esta y cada obra de Vicente. Para esta edición invitaron a Zane Wilson y Yanis Pikieris, directores de Nebrada Arts Initiative, fundación que apoya a artistas jóvenes en el camino a la profesionalización. Los maestros llegaron para cuidar los detalles y preservar el estilo de Nebrada. El trabajo de los bailarines es casi intacto. He asistido a dos ensayos y las correcciones fueron mínimas, expresó Wilson, que ha colaborado con la coordinación de los efectos, pues debido a la nueva consola de la sala tuvieron que rehacer el guión. Lo que hacemos, además de...

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