Castigo y perdón

Hace más de doscientos años, cuando los gobernados eran meros súbditos de un monarca con poderes absolutos, este último podía disponer de las vidas y de los bienes de los primeros; la Revolución Francesa cambió eso, al transformar al súbdito en ciudadano, poner límites al ejercicio del poder estatal y conferir derechos a los ciudadanos. A partir de ese momento, se sustituyó la arbitrariedad por la ley, y las dádivas por el respeto a los derechos iguales de todos.En las relaciones entre el gobernante y los ciudadanos, el perdón pasó a tener un espacio muy reducido, reservado para el indulto de las penas a que se hubiera condenado a un delincuente, pero en los términos regulados por el derecho. En una sociedad democrática no hay espacio para el capricho, y las franquicias y las dispensas reales han sido remplazadas por los derechos que tiene el individuo frente al Estado. Sin embargo, en la Venezuela chavista, se percibe que quienes ejercen el poder se sienten amos y señores de sus vasallos, que tienen que agradecer la magnanimidad de quien se cree la encarnación de Luis XIV.Menciono lo anterior por que, durante su alegre imperio, Hugo Rafael I perdonó a quienes habían firmado solicitando la revocación de su mandato, a cambio de que se arrepintieran y repararan sus firmas. Además, este régimen también ha perdonado a algún tránsfuga de la política que, luego de haber estado con la revolución, se ha pasado a la oposición y de nuevo a la revolución, y que ha estado dispuesto a revisar sus teorías jurídicas sobre el artículo 350 de la Constitución, sobre los estados de emergencia, o sobre la independencia de los poderes públicos. Mientras Carlos Genatios debe permanecer en el exilio por haber escrito un artículo de opinión, Didalco Bolívar ha recuperado la confianza del régimen por haber cambiado de opinión. También han si do perdonados los corruptos y los narcotraficantes que, más bien, han sido premiados con altos cargos en la administración pública.En esta lista de castigos, a veces perdonados, no tuvo la misma suerte Antonio Ledezma, que se atrevió a ganar la Alcaldía Mayor, ni...

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