Castillo de arena

Los políticos son servidores públicos que, además, de una admirable capacidad de trabajo, de estudio y de salir adelante ante la adversidad tienen la loable condición humana de sacrificarse en lo personal para beneficio de la comunidad a la que sirven, aun a costa de la propia vida. Es lo que pregonan, pero muy pocas veces cumplen. Los más, anteponen sus intereses ideológicos, partidistas, grupales y pecuniarios a los del bien común. Nombran al hermano administrador, a la esposa jefe de relaciones públicas y desechan las propuestas de los aliados, las recomendaciones de los asesores y las razones del sentido común.La política es el arte de ganar amigos, de reunir voluntades y de convencer a los adversarios en aras de un proyecto, de un sueño. En el trópico con financiamiento petrolero la razón se distorsiona y los sueños pueden derivar en terribles pesadillas en las que los salvadores de la patria y de la dignidad disparan a matar, roban elecciones, persiguen a los que piensan distinto y, contradictoriamente, se presentan como víctimas de una oligarquía que ni siquiera existió en los escasos ratos de prosperidad que hubo en la Colonia, siempre po bretona y siempre asediada por calamidades y epidemias. En la medida que pierden apoyo popular y se les escabullen lo votos que tenían como seguros, se vuelven más irascibles y patanes, más momios.Hablan de debate, de discusio nes, de la voluntad del pueblo y hasta de los derechos de las minorías, pero sacan la pistola ante cualquier sospecha de...

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