Catia es el viejo oeste, desenfunde primero

Si quienes vieron los colectivos armados y encapuchados desfilando en los predios de la urbanización El Silencio sintieron que un corrientazo frío les recorría el espinazo, no cabe duda de que se cumplió el objetivo trazado: atemorizar, amedrentar, distraer. Dijeron que era una operación contra el bachaqueo, ese desprendimiento del socialismo que colide con las mejores prácticas del capitalismo, pero era una abierta y descarada demostración de impunidad, de su licencia tropical y arrabalera de agentes 007.Lujosamente equipados, con «hierros» de alta potencia y motos de similar cilindrada, son los camisas pardas y negras de Hitler y Mussolini, los muchachones de Stalin. Allanan, expropian y son los que dominan el negocio de los alimentos y demás bienes de consumo en esa neociudad que es Catia.La placita Pérez Bonalde la de las tertulias nocturnas de José Ignacio Cabrujas, Jacobo Borges, Oswaldo Trejo y César Bolívar es el principal enclave del mercantilismo socialista que han emprendido los colec tivos para superar su propio estado de penuria, ese que generó el modelo de gobierno que ellos apoyan, defienden y protegen.Dialéctica burrera. Inocentes, operan en una calle Washington, el héroe de los enemigos que más odian.Funcionan con efectivo y, so bre todo, con los billetes que ellos imprimen y han puesto en circulación y que todos los comerciantes deben aceptar.Nada del trueque originario, cheques o tarjetas de crédito o débito. Es una usina de dinero y los cuentan por grandes montones. Nadie sabe dónde empiezan y terminan sus conexiones con el poder, pero son las caras que salen siempre en la televisión en plantones ofi ciales y en ceremonias demagógicas. Delincuentes de largo y exhaustivo prontuario, fugitivos, oportunistas de toda ralea, ex salseros de poca monta, ruines unos y de buen corazón otros, representan el «hombre nuevo», bolivariano y panalero, sus emblemas monetarios.Otra vez, Catia es el gran mer cado que desborda la Nueva Caracas y recibe compradores de toda la ciudad sobre las ruinas de la extinta avenida España y los locales de marchantes llegados de Beirut, Alepo, Nápoles, Córcega, Estoril, Puerto Santo, Oporto, Egipto, Macedonia, Cerdeña...

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