A la caza de lo exquisito

El falso aceite de trufa se le atraganta a uno. Por dos motivos. Porque es malo. Y, además, un sa blazo en la cuenta. El falso aceite de trufas deberían prohibirlo en los restaurantes. En los buenos y decentes. De la misma forma que en los restaurantes chinos de algunos países advierten a sus clientes sobre el uso o rechazo del glutamato monosódico sal china como potenciador del sabor y satisfacción en platos del menú. Junto con el aceite de trufa y el glutamato monosódico, también se le atragantan al comensal enterado el uso proclamado y abundante del falso aceto de Módena. I El verdadero aceite de trufa es caro, escaso. Se usa con cuentagotas. Antes, la producción era de Italia, España, Francia. Después entraron en el negocio algunos países de Europa del Este con Croacia a la cabeza. En el pasado reciente, las mul tinacionales de aromas y sabores, que producen millones de botellas. La mano de las multinacionales que sazona el negocio es tan fuerte relata en una investigación el periodista español José Carlos Ca pel que impone su criterio en las etiquetas. En Italia, ahora la etiqueta sólo debe indicar Aroma. Eso puede significar dos cosas. La primera, que ha sido elaborado en laboratorio a partir de repollos y alcachofas, verduras que...

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