Los niños celebran la Pascua en la Colonia

Escudriñando entre los matorrales, Julio, de 10 años de edad, emprendió la búsqueda de los huevos de Pascua ayer en la Colonia Tovar. Asegura que es una labor difícil, recompensada por la chuchería que suele acompañar el huevito.En cada casa del pueblo se conserva la tradición que comenzaron los primeros colonos, hace casi 170 años. El sábado en la noche, los más pequeños de la casa elaboran los nidos, donde esperan que el conejo de Pascua deposite el regalo. Cuando ellos terminan y se van a dormir, las krosilis abuelas en alemanish sancochan los huevos en el agua que cocinaron vegetales como la remolacha, la zanahoria y el ajoporro. El verdor de la grama no opaca el brillo de los colores, que se consigue con grasa de tocineta. A algunos, se le agregan decoraciones hechas con pinturas vegetales, como los gorros de los jokilis o arlequines, otro símbolo del pueblo enclavado en las montañas de Aragua.El domingo, bien temprano, los huevos han sido repartidos y es entonces cuando empieza la actividad, que simboliza la búsqueda de Cristo resucitado.Ronald Gutmann, propieta rio del hotel Selva Negra el primero fundado en la Colonia, organiza la actividad para familiares y huéspedes. Él mismo, cuando niño, se alegraba al recibir de manos de sus padrinos una östra packli o cesta llena de dulces: Con la tradición se busca enseñar a los niños religión, amar a Dios y el significado de la resurrección, pero de una forma más simple y digerible, y no hay mejor modo de hacerlo que con chucherías.En algunas casas...

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