César Farías, enamorado de la adversidad

El trabajo está hecho. El objetivo que buscaba César Farías al señalar públicamente a dos de sus jugadores parece haberse cumplido. El jueves, en su última intervención pública, el timonel prefirió zanjar el tema y será hoy, cuando el combinado se reúna en Lima, y que comience a ver los efectos de su jugada. Luego de cinco años al man do del grupo, en los que ha exigido un compromiso superlativo a cada uno de sus jugadores, Farías admitió el jueves pasado cierto desgaste. Como en cualquier relación, el tiempo da confianza. Pero cuando pasa mucho tiempo, también se puede extralimitar, reflexionó. Y ese exceso, el técnico, lo tomó como una falta a esa cuota de entrega, no negociable, que exige dentro del conjunto. Para entrar a una convocatoria no hace falta sólo el talento, es con el orgullo de ponerse la camiseta nacional. Que tengan talento y que den la ultima gota de sudor que nos permitan seguir acercándonos a la meta que es ir al Mundial, describió sobre lo que le exige a sus futbolistas. Para devolver a los jugado res a su idea, el técnico planeó una estrategia que duró una semana. Primero lanzó la bomba, aprovechó su posición para que la prensa multiplicara su mensaje y lo hiciera llegar a los futbolistas. Sin aseverar culpables, acusó unas faltas de compromiso que podían pasar factura a la hora de armar la convocatoria. Dejó correr el agua y él mismo desmontó la amenaza. En el camino, los dos princi pales...

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