El chuzo entero

El 15 de diciembre de 1999, las precipitaciones que venían causando estragos en gran parte del territorio nacional alcanzaron su punto culminante. Mientras el país literalmente se ahogaba y naufragaba, el ejecutivo estaba enfrascado en una campaña electoral, que el suplemento Siete Días del diario El Nacional, en un reportaje publicado el 19 de diciembre de ese mismo año, con el nombre de Recuento de una tragedia que se veía venir, calificó de salvaje, para que la ciudadanía participara en un referéndum aprobatorio y vinculante de la que se promocionaba como la mejor Constitución del mundo y que resultó ser uno de los textos legales más cursis de que se tenga noticia, producto de una mayoría constituyente dada a la genuflexión que llegó al extremo de adulterar el nombre de la República, al agregarle el cognomento de bolivariana. La convocatoria no con tó con el respaldo pleno de la población y sólo sufragó 35% del padrón electoral. ¿Efectos de la antipolítica, tan de moda por aquel tiempo, o de la imposibilidad de trasladarse a los centros de votación? La razón no importa. Lo sustantivo, lo relevante es que el texto en cuestión no contó nunca con una sólida base de apoyo y, por ello, por írrita, el Presidente se permite violarla de forma sistemática. Pero esto es asunto para otra reflexión. Lo que nos ocupa ahora es recordar que, desbordado por la propaganda oficialista, el país apenas percibía las dimensiones de una tragedia sin precedentes en el catálogo de desastres naturales que han golpeado Venezuela. Cuando se tuvo conciencia de la magnitud de la vaguada, de la devastación y mortandad que afectaban a buena parte del territorio nacional, especialmente el litoral central, se le empezaron a ver las costuras al régimen. Para comenzar, el jefe del Estado hizo mutis por el foro y no se supo de él durante por lo menos 72 horas. Cuando reapareció, lo hizo para, entre otros desatinos, rechazar la asistencia humanitaria que, al igual que otros países, nos ofrecía Estados Unidos, so pretexto de que estábamos capacitados para afrontar la situación sin la intervención interesada y maliciosa del imperio, y, además, para ofrecer villas y castillos a los...

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