Cicatrices metafóricas hablan de la destrucción

La migración del ser humano fue lo que disparó la investigación personal de Antonio Briceño. Y el proyecto Mars One -iniciado por una compañía holandesa para enviar a un grupo de personas de la Tierra a colonizar el planeta rojo y para el que ya fueron seleccionados cien participantesse le presentaba al fotógrafo como la máxima expresión del tema que se había propuesto desarrollar, la más insólita.Comenzó entonces a indagar en imágenes de Marte tomadas por la NASA desde el espacio.Quedó deslumbrado por su belleza y por las variedades geográficas que cada una recoge.Pero al examinarlas con detenimiento se dio cuenta de que había un tema oculto en ellas, que le interesaba aún más: la violencia. Para Briceño, los cráteres, los volcanes, las fracturas de la tierra, las tormentas... Todas son como rastros de la destrucción.El artista se centró en la ima gen del dios griego de la guerra, Marte, un personaje que no lograba contener sus emociones, que perdía el control, y fundió ambos conceptos. Decidió fusionar, a través de programas computarizados, las fotografías de la superficie del planeta en el cuerpo del guerrero. Para ello tomó imágenes de la escultura mitológica de cinco museos -el Metropolitano de Nueva York, el Prado de Madrid, el Louvre de París, el Museo Nacional de Roma y la Villa Adriana, también italianoy las fragmentó. Así quedaron sus músculos, abdomen, brazos y rostro como marcados por profundas cicatrices metafóricas.Briceño juntó el resultado y configuró La piel de Marte , exposición que se inaugurará el domingo en la galería D’Museo y permanecerá abierta al pú blico hasta el 3 de julio. El texto...

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