Los cicciolinos

La relación de la política con actividades diversas que dan celebridad a sus protagonistas, tiene antecedentes en la época contemporánea. La actividad que en teoría procura el bien común partiendo de un pensamiento coherente cuya vocación es la permanencia, en ocasiones abandona sus objetivos para convertirse en operación de mercadeo y publicidad. En general el fenómeno no se observa en organizaciones vigorosas y convencidas de su misión en la sociedad, sino en banderías que carecen de ideas para llevar a cabo sus propósitos, o que proponen planes sin magnetismo ante clientes y electores, o donde las ideas apenas importan un pepino. Entonces buscan el oxígeno de figuras relacionadas con los espectáculos masivos, para pescar lo que no puede su estéril anzuelo.Es el caso de los minúsculos partidos de Italia, por ejemplo, sin vínculos profundos con la ciudadanía y dispuestos a encontrar, a cualquier precio, un lugar en los círculos del poder. A ellos debemos el nacimiento de una figura emblemática, la Cicciolina, quien llegó a ocupar un escaño en el Parlamento y quien resume la falta de escrúpulos de los liderazgos condenados a desaparecer si no encuentran a tiempo el salvavidas. Sin posibilidad de alcanzar el favor del electorado, en 1987 el Partido Radical siguió el consejo de un viejo refrán que no puedo escribir en la lengua de Dante, pero que en culto y sabio castellano dice así: Dos tetas jalan más que dos carretas. El partidito posó la vista en Ilona Staller, actriz porno a quien llamaban la Cicciolina, y le propuso que acompañara al dirigente de la organización como segunda en la lista de diputados.Santo remedio, o más bien profana solución. La Cicciolina y su jefe se apoltronaron en las anheladas curules. Como se sabe, había la dama destacado en la realización de escenas de sexo grupal en numerosos filmes, y también por aparecer como figura principal en actos de bestialismo que agotaban la taquilla. Ascendió después hasta la cima de un público importante en términos estadísticos debido a sus apariciones en televisión, frente a cuyas cámaras llevó a cabo los primeros desnudos integrales que se libraron de la censura. Tuvo espectáculo propio en la pantalla chica, exhibió sus turgencias en canales de gran sintonía de países vecinos y se formaban trifulcas en la calles de Roma cuando...

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