Circunstancias encubiertas

Carlos Siso, en su ensayo Castro y Gómez, importancia de la hegemonía andina tro pezó, a pesar de su propósito enaltecedor del régimen, con la realidad de las cárceles de la época. Horribles ergástulos en los que se pretendía reducir a los valientes a estatura microbiana. Torturas y vejámenes que marcaron al que pensara diferente, disidente o discrepante.La evidencia del inhumano crimen preocupó al historiador empeñado en exaltar los valores de los sátrapas forjadores del terror. Claramente lo señaló Leonardo Altuve Carrillo en la introducción a esa obra destacando que si bien el autor alega que para cuando en el país recurrían al infernal horror carcelario, situaciones similares sucedían en naciones desarrolladas como Francia y Estados Unidos.En Francia, escribió Siso, nacieron campos de concentración como la Isla del Diablo en la Guayana Francesa; y en Estados Unidos los presos encadenados rompieron rocas y desmontaron selvas para abrir caminos y rutas de ferrocarril.Siso quiso justifi car lo injus tifi cable, sin percatarse de que en Francia y Estados Unidos se borraban los cuadros del terror gracias a las luchas de sus ciudadanos en defensa de los derechos humanos. Los hom bres y mujeres de esos pueblos crecieron como nación defendiendo la honra con la muerte, en vez de aceptar pasivamente la vida en vilipendio.Lamentablemente no pudo Altuve Carrillo, intelectual del chavismo, ver cómo el socialismo del siglo XXl, lejos de dignifi car y transformar nuestros sistema penitenciario...

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