La ciudad de Dallas recibió a los campeones

Mientras los Mavericks de Dallas festejaban su campeonato en camisetas alegóricas empapadas en champaña, podían mirarse unos a otros y reírse de aquéllas reputaciones que solían cargar.

El base que era demasiado viejo y su suplente, demasiado bajo. El dueño bocón y arrogante. El pivote ágil, pero propenso a las lesiones. El entrenador y la estrella principal, demasiado blandos como líderes.

Todos ellos disfrutan ahora de otra etiqueta: campeones de la NBA.

Al menos por este año, los Mavs demostraron que los súper equipos no se construyen a partir de dos o tres estrellas.

El alemán Dirk Nowitzki es su único astro en el mejor momento de su carrera, pero Dallas ganó a la antigua, subrayando aspectos clave como el compañerismo y la falta de egoísmo.

"Creo que ésta es una victoria...

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