Ciudades amables con sus habitantes

Sevilla y Córdoba. Inés, mi her mana Âla historiadora, la sabia está en Sevilla a ver si consigue una nueva historia en el Archivo de Indias. Salimos a caminotear a las 8:00 pm. Muchedumbres en cada es quina un miércoles cualquiera. Calles angostas con sillas y mesas pegadas de muros milenarios, gente en tascas conversando, niñitos en coches o con patinetas. Iglesias y museos al lado de una freiduría con pescados y mariscos en unos cucuruchos que chorrean aceite y son una divinidad. No me interesan tanto los monumentos como esta emoción de andar a pie cuando son las 12:00 de la noche. Todo está abierto. Otro día nos vamos al Merca do de Triana. En la noche sólo abre un sitio donde se toma cava y se come salmón, ostras o caviar. Incursionamos en bares que sólo frecuentan los vecinos. El hogar de los españoles es la calle. ¿Cómo fue que no mantuvimos esta herencia tan valiosa? En Córdoba hay que admi rar la mezquita. Dar gracias al Dios que corresponde porque privó la sensatez y un rey se negó a tumbar estos 24.000 mts de paciencia, esmero y entrega árabe. En la calle hay muchas muje res vestidas de sevillanas, bellas y orgullosas de su tradición. Es un día de feria. El centro histórico de todas estas urbes españolas es fascinante. Aquí vive la gente pared con pared con la historia y eso me encanta. Es genuino. Conseguimos un restaurante de una estrella Michelin y resolvemos darnos el gusto. Un auténtico alboroto de papilas gustativas. Se llama Choco. Las cigüeñas de Salamanca. Sólo había visto cigüeñas en el Hato Piñero cuando era una extraordinaria reserva de fauna, porque este Gobierno se empeñó en destruirla. Por eso me asombro cuando las veo anidando en los postes de la autopista vía Salamanca. Las vemos también sobre algunas torres de monumentos en Salamanca, ciudad festiva, poblada de estudiantes reunidos en minúsculos bares. En uno de ellos nos recomendaron probar unas jetas. Yo entendí setas. Era una extraña forma marrón frita que al morder entendí que se trataba de la trompa del cochino. No pude. Recorremos las dos catedra les. No conformes con la preciosa que había y llaman La Vieja, construyeron la nueva, muy renacentista, con la arquitectura de los hermanos Churriguero. Ambas sobrecogen. Prueben el hornazo, un pastel con varios tipos de chorizo y jamón de Jabugo y una masa exquisita que se hace con el agua del chorizo. El suculento país vasco. Pa ra que apreciar el vínculo de San Sebastián con el agua dulce del río Urumea y la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR