Claudia Sierich: El poema puede llegar a ser un cuerpo sonoro

El segundo poemario de Claudia Sierich, Dicha la dádi va Equinoccio, 2011, surgió de un sonido primigenio que construyó la cadencia de sus estrofas. Presa de un humor festivo que hoy se siente incapaz de reproducir, terminó el libro en tres meses. El título, que quiere celebrar la palabra y hacer un homenaje a José Lezama Lima, se presentará mañana a las 7:00 pm en la librería El Buscón del centro comercial Paseo Las Mercedes. Las palabras no sólo me mi ran desde las páginas, sino que me llegan al oído. Para mí esto es muy importante; de hecho, el poema puede llegar a ser un cuerpo sonoro, aunque no necesariamente todo poema lo sea, señala la también autora de Imposible lugar, publicado en 2008 por Monte Ávila, con cuyo manuscrito ganó el Concurso de Autores Inéditos el año antes. Sierich dice que la condición misma de la lengua, tanto hablada como escrita, es hacer emerger sentidos y también dejar, a veces, que estos se sumerjan, con lo cual se establece un proceso permanente de emigración de significados intelectuales y sensoriales. Traficar palabras. La escritora se dedica también a la traducción, oficio que define como el tráfico de palabras...

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