Un CNE fosilizado

Un estudio realizado por Datanálisis, algunas de cuyas conclusiones fueron publicadas en este diario, advierte que el Consejo Nacional Electoral "requiere un cambio urgente para rescatar la credibilidad" Por su lado, el Centro Carter exhorta al organismo comicial "a prohibir el uso de cadenas e inauguración de obras públicas en precampaña", y el Observatorio Electoral Venezolano considera que "el organismo comicial tiene que darse por enterado de que la mitad del país no confía en él".

Los contundentes y acertados dardos lanzados contra el CNE han dado en el blanco porque el poder que éste representa, al igual que el Legislativo y los hipócritamente denominados Moral y Ciudadano, responde a directrices emanadas del Ejecutivo y, por ello, se amolda a sus deseos.

No otra cosa se deduce, por ejemplo, de la farsa ejecutada para responder al reclamo del recuento manual de votos exigido por la oposición a raíz de los hartos dudosos resultados del 14 de abril.

Sin embargo, dura es la piel de los funcionarios (más bien funcionarias) que, ante el aluvión crítico, deberían poner sus cargos a la orden, máxime cuando los períodos para los cuales fueron nombrados (o nombradas) hace tiempo que caducaron, como lo ha expresado en reiteradas ocasiones el rector Vicente Díaz.

El justo principio de la alternabilidad, violentado por una anticonstitucional reforma de la Constitución para permitir la elegibilidad ad æternum del Presidente de la República, es quebrantado por quienes han devenido en una suerte de cómplices del proyecto bolivariano dándole la espalda a media nación que reclama, además de imparcialidad por parte de quienes tienen a su cargo organizar y computar los votos, un mínimo de respeto a la...

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