Colombia después de Cano

El duro golpe que asestó la Fuerza Armada de Colombia y la Policía Nacional a las FARC al abatir a su líder, Alfonso Cano, puede ser una oportunidad para que esta guerrilla abandone su lucha violenta y acepte regresar a la vida civil, con ciertas consideraciones por parte del Gobierno. Conocedores del tema, sin embargo, advierten que esa deposición de armas todavía puede estar muy lejos y no se deben descartar oleadas de retaliación y un reacomodo de fuerzas, como escenario de una agonía que puede seguir siendo muy larga. Guillermo León Sáenz Var gas, nombre real de Cano, representaba el brazo político-ideológico de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y se le reconocía como un hombre con convicciones muy ortodoxas, con arraigado liderazgo dentro de la organización. Por eso, su eliminación es un gran éxito para el gobierno de Juan Manuel Santos, pero no quiere decir que sea el fin del conflicto armado interno. En un comunicado del Se cretariado del Estado Mayor de las FARC, los insurgentes reiteraron que continuarán en su lucha armada con el coraje y la convicción absoluta de la victoria. Camilo Gómez, ex comisio nado de Paz durante el mandato de Andrés Pastrana, reconoce que la muerte de Cano es un golpe contundente dentro del proceso de decaimiento que atraviesa las Farc, pero no es muy optimista ante las implicaciones que esto puede generar en el país, en el corto y mediano plazo: Los guerrilleros tienen un concepto diferente al que tenemos los ciudadanos comunes sobre la vida. Para ellos, en esta operación le mataron a uno más, los debilita temporalmente, sí, pero rápidamente ponen a otro que releve ese cargo y continúan en lo que andan, dice. El analista refiere que el quie bre...

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