El color del gato

La revolución china da para todo, desde afirmar que el "imperialismo norteamericano es un tigre de papel" como lo dijo el presidente Mao, ese viejito sinvergüenza a quien en sus últimos años le llevaban niñitas para que se soslayara sexualmente con ellas, hasta Deng Xiaoping, ese pequeño hombre en estatura pero de grandeza de visión que convirtió a China en la potencia económica que es hoy. Algunos le atribuyen una frase pragmática: "No importa el color del gato con tal que sirva para cazar ratones". Estas enseñanzas históricas parecen que no han llegado a las alturas del PSUV, que más allá de pensar en la salud de los ciudadanos de Monagas en general y de Maturín en particular, han decidido salir del Gato, como llaman popularmente el gobernador de ese estado oriental y llevarlo a la guillotina partidista por la insólita razón de no cerrar la boca y aceptar que las aguas del río Guarapiche están precisamente piches, y que no deben ser distribuidas a los pobladores sin que asomen graves peligros para su salud. El gobernador de Monagas, José Gregorio Briceño, puede, quizás, estar equivocado pero son muchas las probabilidades de que su decisión de no distribuir las aguas contaminadas por Pdvsa sea acertada y las pruebas de los técnicos y estudiosos son tan concluyentes que tirios y troyanos están de parte del mandatario regional.

De manera que nadie entiende por qué el PSUV se pone del lado del multimillonario Ramírez y somete al escarnio político y partidista a quien no ha hecho otra cosa que seguir al pie de la letra lo que desde Miraflores se ha repetido a diestra y...

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