¿Con qué se come la sabermetría?

Ya les digo que hoy nos toca hablar de esos cambios que inexorablemente nos invaden y que cuando llegan a lo más querido y profesado, como puede ser el gusto por el beisbol, suelen producir disensos como el que nos plantea el profesor José Eduardo Espinoza Dávila, quien se declara lector del periódico desde sus primeras ediciones. Hasta hace algunos años los índices estadísticos más tradicionales y usados para medir o valorar las actuaciones de los jugadores y equipos de beisbol eran el promedio al bate, las carreras impulsadas y las anotadas, en cuanto a ofensiva; y los juegos ganados y perdidos, y la efectividad en cuanto al picheo. Esto fue hasta que apareciera la sabermetría, que independientemente de su pedantería fonética, es una traducción al español del acrónimo SABR Society for American Baseball Research, término acuñado por Bill James en 1980. Quienes saben la definen co mo el análisis del juego a partir de estadísticas objetivas usadas con criterios absolutamente lógicos. El arsenal disponible se expresa en siglas y acrónimos que pueden resultar extraños, especialmente para los no iniciados: OBP, OPS+, UZR, VORP o WAR, entre otros. La comunicación de Espino za Dávila es extensa y su lenguaje es colorido y respetuoso. Piensa, por ejemplo, que el uso de la sabermetría por periodistas como Ignacio Serrano y Alexander Mendoza es exagerado y puede conducir al sopor o al tedio de los lectores, que es su caso en particular. Recuerda con nostalgia Ây sin sabermetría, agrego a columnistas como Eladio Secades, Abelardo Raidi, Franklyn Whaite, Rodolfo José Mauriello y Humberto Acosta. Y añade que bueno es...

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