El concurso sigue a la moda

Si Sofía Silva Inserri, la primera mujer que fue coronada como Miss Venezuela, hubiera querido figurar en la más reciente edición del concurso de belleza, Osmel Sousa la habría rechazado desde un principio.

No, niña... Ni siquiera hubiera pasado la primera ronda de audiciones, señala tajante el presidente de la organización del certamen al hablar sobre la hipotética participación.

No precisamente porque la guayanesa no fuera hermosa Âporque lo era sino porque sus medidas y apariencia en general están lejos del estereotipo que Sousa, conocido como el zar de la belleza, busca por estos días. La reina, que tenía 23 años de edad, pesaba 56 kilos y medía 1,63 metros de estatura cuando fue elegida como la mujer más bella del país en 1952, participó en una época en la que se valoraba la naturalidad de las cejas pobladas, las caderas anchas y el cuerpo voluptuoso.

Eran tiempos en los que ni se pensaba en los retoques o en cambiar, con la ayuda del bisturí, los rasgos hereditarios Ânariz, busto, mentón, arco de cejas, orejas que se consideraban poco armónicos.

De lo natural a la Barbie. Los cánones de belleza han variado a lo largo de las décadas, de acuerdo con lo que impone la moda y lo que buscan los organizadores de concursos de belleza internacionales, indican los historiadores del Miss Venezuela Diego Montaldo y Julio Rodríguez.

En un principio, cuando el proceso no era tan metódico, se buscaban a muchachas físicamente naturales. Un ejemplo fue el triunfo de Susana Duijm en el Miss Venezuela 1955 y posteriormente en el Miss Mundo, celebrado ese mismo año. El director del certamen nacional era el periodista Reinaldo Espinoza, que estuvo al frente desde 1952 hasta 1961.

De cabellera larga y negra, la venezolana destacó ante su principal rival, la candidata de Estados Unidos. Era raro que la representante del país fuera una de tez morena. Ella fue al certamen internacional y conquistó. Rompió con el arquetipo de la rubia escandinava.

No tenía ninguna cirugía. En esa época lo que buscaban era una reina de belleza, señala Montaldo.

El periodista recuerda que el siguiente gran triunfo internacional llegó con Maritza Sayalero en el Miss Universo 1979.

Su cetro significó otro hito en la estética de las misses del país y el inicio de la era de Osmel Sousa, que tomó las riendas de la organización luego de la muerte del empresario Ignacio Font Coll.

Después de que ganó la co rona nacional, Sayalero admitió públicamente que se había operado la nariz...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR