Conflicto de La Paragua reaviva reclamos por ordenación de territorio indígena

Los acontecimientos de La Paragua municipio Angostura del estado Bolívar, donde las comunidades indígenas sometieron y retuvieron durante 4 días a 23 militares por ejercer la minería de manera ilegal, han llevado a las comunidades autóctonas de la zona a exigir nuevamente el ordenamiento de los territorios que habitan, tal como se establece en la Constitución, según fuentes consultadas. En la medida en que no hay ordenamiento territorial, la minería se hace algo difícil de controlar, porque no hay lineamientos para cumplir, como protocolos ambientales, señala Américo de Grazia, diputado de la Asamblea Nacional, miembro de la Comisión de Energía y Petróleo y militante del partido Causa R. De Grazia recuerda que en 1995 se firmó el plan de ordenamiento de Bolívar para organizar la explotación de las minas, en el que participaron varios ministerios. Luego, en 2007, se introdujo en la Asamblea el proyecto de Ley Orgánica de Minas y Comunidades Mineras, propuesto por la Unión de Mineros del Sur y el Ministerio de Empresas Básicas y Minerías, que buscaba una opción viable para la pequeña minería. Pero quedó engavetado. Nuestro interés es que se ordene la minería, respetando el ambiente, para que genere el desarrollo de los pueblos. Guayana es un hecho minero. ¿Cómo nos van a negar esa realidad con un decreto del oro que confisca todas las actividades?. Una fuente que trabaja en la zona, que no quiso identificarse por temor a represalias, in dica que los indígenas ahora solicitan con más fuerza que se inicie la demarcación territorial. Asegura que les indignó descubrir en labores de minería ilegal a los mismos militares que los habían desalojado de la zona de Tonoro por esa actividad. En las cuencas del río Caroní está prohibida la minería y desde octubre las labores de exploración y explotación del oro están sujetas al decreto 8413, que fue promulgado el 16 de septiembre y que regula aún más al sector. La minería existe desde ha ce varios años en esas zonas, realizada por civiles. Pero una vez que se meten los militares es peor. Eso se debe, afirma, a que ya no pueden administrar de la misma forma los territorios sobre los cuales ancestralmente han habitado. Así ocurre en El Caura, añade. Recalca que la situación es se ria porque han sido llamados estudiosos de la zona para que brinden su visión y cooperen en un diálogo entre las partes. Protección y...

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