Los conflictos se resuelven con amor

Hulk, el temible personaje de las historietas que con una rabie ta se transforma en un gigante de tres metros y músculos de acero es probablemente el mejor ejemplo para aprender a manejar un conflicto de pareja. Es sencillo: a pesar de que la explosión de su ira no pasa inadvertida, en cuanto se calma todo vuelve a la normalidad y Hulk pasa a ser otra vez un simple mortal llamado Bruce Banner, de ocupación científico y que toma mucho café. Las peleas durante una re lación que puede ser un noviazgo, un concubinato o un matrimonio deberían disiparse con prontitud. Las parejas más sanas tienen la virtud de librar batallas campales y en no más de 20 minutos regresan al mismo afecto de siempre, asegura Alfredo Tugues, especialista en psicoterapia de parejas. La explicación es sencilla: los conflictos son indicadores de que hombre y mujer, como un dueto, han superado etapas y ahora integran una relación que se consolida. Desde el principio. El génesis de un vínculo amoroso es una fase que, en psicología, se llama enamoramiento. Ese período está determinado por neurotransmisores que despiertan reacciones químicas que en el organismo van asociadas al placer y el éxito. En ese momento de la vida desarrollamos una especie de filtro que nos impide notar los defectos de la otra persona, señala Tugues. La Gestalt establece que esa azucarada fase dura de cuatro meses a un año, aproximadamente, por lo que en los primeros meses de la conquista los desacuerdos escasean. De lo contrario, habría razones para correr en sentido contrario: Si desde el comienzo hay discusiones esa es una mala señal. A los testigos de esa melosa faceta la situación puede parecerles empalagosa. Al organismo también; de hecho, cuando se establece más contacto con la pareja los niveles de droga emocional realmente esa es la definición, bajan y comienzan a surgir los roces. A medida de que la pareja se consolida se inicia una lucha de poder: cada uno intenta defender su espacio y necesidades personales, a la vez que va conociendo los hábitos del otro...

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