De la contención al ataque

Esta vez ya no se puso ronco.O no tanto. Daba dos y tres discursos al día y, en el último, todavía tenía señal; estaba ecualizado, sonaba en estéreo. Había una voz, una afinación. Había una historia.Henrique Capriles llevaba casi un año y medio en campaña electoral: las primarias de la oposición, en febrero; las presidenciales, en octubre y las regionales, en diciembre.Con registro de dos ganadas y una perdida, la derrota del 7-O fue la primera de su carrera. De allí salió como solo se puede hacer desde ese lugar huérfano: transformado. No era el mismo político ni haría política de la misma manera. Fue el turning point de los que no tienen planeado detenerse.Aún con el revés en los pár pados, el 16 de diciembre se enfrentó a Elías Jaua por la Gobernación de Miranda y fue reelegido con 52% de los votos. En ese momento, ya Hugo Chávez se encontraba en La Habana para realizarse la intervención quirúrgica de la que no se recuperaría.Durante el fin de año pasado y los dos primeros meses de 2013, el suspenso por la condición de salud del jefe de Estado humedecía el clima político y Capriles se concentró en su gestión regional con algunas actuaciones moderadas, esporádicas y casi siempre a través de Twitter como líder de la oposición en abierto enfrentamiento con Nicolás Maduro, designado por Chávez como su sucesor y con Diosdado Cabello, a quien llamaba Al Capone y calificaba de corrupto.A medida que el vicepre sidente tomaba decisiones ejecutivas, el gobernador le criticaba puntualmente. En Carnaval en una de sus últimas actividades como go bernador paseó en moto de agua por las playas mirandinas y celebró el regreso de Cuba del Presidente, el lunes 18 de febrero, con un tuit en el que pedía que el señor Maduro y los ministros se pusieran a trabajar. El 5 de marzo, día de la muerte de Chávez, envió un mensaje de solidaridad a su familia y abogó por al unidad de los venezolanos. Cinco días después, un domingo en la noche, aceptó ser el candidato de la oposición con un discurso que poco tenía que ver con el lenguaje contenido del año anterior.La primera banderilla la puso casi al comenzar: Y tú Nicolás, yo sé que me estás viendo, fuiste capaz de salir frente a unas cámaras y jugar con la esperanza de millones de venezolanos. ¿Quién sabe cuándo murió el presidente Chávez? Ustedes tenían todo cuadrado. El comentario motivó la respuesta inmediata y televisada de Maduro y, después, una carta de María Gabriela Chávez, hija del fallecido, exigiendo...

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