Cortocircuito incomprensible

En la mayor parte de la comunidad internacional enfrentada al régimen venezolano y el sector que ha sido parte del diálogo zapateril ha habido un cortocircuito casi permanente. Resulta incomprensible que mientras más apoyo logra la causa democrática en el mundo entero, haya partidos y dirigentes que se ponen perezosos a la hora de reconocerlo e im pulsarlo. De estos, hay quienes argumentan que la línea opositora no puede ser impuesta desde el exterior; que son los dirigentes nacionales los que tienen la primacía a la hora de la estrategia, y que mejor sería un apoyo a la causa democrática mediado por la ex MUD o por los negociantes del G4 ahora G3 y pronto G0 G cero.En esta larga marcha de lo grar apoyo internacional la lucha en la calle, desde 2014 hasta 2017, ha sido determinante.A un costo demasiado elevado esas luchas cumplieron el papel de abrir los ojos a un mundo demasiado ocupado en otros asuntos considerados más importantes. Ha habido momentos luminosos, uno de ellos fue cuando el secretario general de la OEA, Luis Almagro, tomó la causa venezolana como suya. Igualmente, el apoyo formidable de los ex presidentes agrupados en IDEA, así como el movimiento sancionatorio progresivo de Estados Unidos, Ca nadá y la Unión Europea. Partidos políticos y líderes de todo el planeta se han manifestado en la misma dirección.Este apoyo magnífico se ha de bido, en muchos casos a un espíritu de solidaridad ante la violación...

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