El costo de la corrupción

Cuando un empresario privado accede a pagar un soborno o lo promueve, normalmente lo hace a partir de un análisis costo-beneficio. Piensa que el monto pagado se justifica porque logrará su objetivo comercial y, por ende, obten drá un beneficio económico que de otra manera no hubiera podido garantizar o hubiera perdido si un competidor lo adelanta en la transa y le gana la partida. Este razonamiento de corto plazo, absolutamente errado, hace perder totalmente la perspectiva real del problema.La corrupción como fenómeno económico y social y desde luego altamente político tiene posteriormente consecuencias materiales e inmateriales. Las primeras son más o menos obvias y fáciles de medir. En el ámbito de proyectos de inversión o licitaciones de bienes, obras o servicios, un soborno implica un costo económico para el pagador, aunque este será...

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