Un Cristiano de oro

E l contraste entre el Cristiano Ronaldo que subió al estrado ayer en Zurich, Sui za, a recibir el Balón de Oro que lo acredita como el me jor jugador del 2014; y el que bromeaba en diciem bre en Madeira, cuando se develó una estatua en el puerto de la locali dad en la que nació, es sorprendente.Sobrado, exultante de alegría, Ronaldo gritó un enorme sí para cerrar la ceremonia, mostrán dose como alguien cuyo ego está por encima de todo.No obstante, cuando llegó en diciembre al acto en San António, el pequeño vecindario que fue arrasa do por un deslave en 2010, sonrió sin poses, fir mó autógrafos y posó con todos en las empedradas calles que estaban reple tas de lodo y escom bros hace relati vamente poco, y a las que donó una cifra cercana al millón de dólares para su reconstrucción.Ronaldo es un ejemplo de humildad y valores, dijo aquel día el alcalde de Madeira, Alberto Joao Jardim; uno de los artífices del fichaje de Ronaldo en 2001 por el Sporting de Lisboa, cuando tenía 16 años de edad. El otro fue su amigo Aleixo Vieira, quien ahora vive entre Venezuela y la isla lusitana.Ayer, con su socarrona son risa Ronaldo retó a su archirival. Quiero volver aquí el año que viene. Quiero alcanzarte, Messi, dijo al...

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