Juan Manuel Santos comienza cruzada para devolver sus tierras a los desplazados

La advertencia que el presidente Juan Manuel Santos lanzó el martes contra la presunta apropiación ilegal de tierras por parte de familias adineradas en parques nacionales de Colombia, sirvió de hito para el lanzamiento de una cruzada que llevará adelante el Gobierno bajo el manto de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, que buscará devolver, según cálculos oficiales y de organizaciones no gubernamentales, entre 4 y 8 millones de hectáreas de terrenos a sus antiguos dueños, que entre amenazas y violencia se convirtieron en desplazados y fueron despojados de sus propiedades. Si bien los cálculos no llegan a ser exactos, la constitución de la Unidad Piloto de Resti tución de Tierras, que fue inaugurada por el mandatario el mismo martes, prevé identificar y clasificar las tierras despojadas para proceder a implementar la devolución. El total de reclamantes tam poco llega a ser certero. Santos recordó que hasta el momento 4.000 víctimas han solici tado la restitución de 400.000 hectáreas de tierras. La cifra de desplazados dentro de Colombia la mayor en el mundo después de Sudán, oscila entre 3,7 millones y 5 millones. Aproximadamente 40% de esas personas tenían tierras al momento de ser expulsadas de sus lugares de origen, refiere Ignacio Holguín, coordinador del programa Gestión Democrática Territorial de la ONG Corporación Nuevo Arco Iris. El proceso resulta comple jo, pero se espera que la restitución de la tierra sea la finalidad y confiamos en que pueda avanzarse en esa dirección. Es un elemento fundamental para la reconciliación y la paz en el país resarcir el daño o por lo menos una parte del daño infligido a las víctimas de la violencia, opina. La complejidad aumenta al detallar a la contraparte, es decir, a los actuales tenedores de las millones de hectáreas de tierras que los desplazados reclaman. Varios actores se agarran una tajada del universo del problema, afirma Holguín: Digamos que una buena parte está en manos de testaferros de los narcotraficantes y de los paramilitares. Otra parte ha sido comprada por empresas...

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