Cuadro de una capital, fachada de un país

Aquella Caracas de los techos rojos que recuerdan con nostalgia nuestros padres y abuelos con el pasar de los años se ha venido transformando en una metrópolis de alta densidad poblacional, carente de planificación y tristemente insegura, caracterizada por sus calles y avenidas deterioradas, falta de mantenimiento, sin renovación de vías, basura, edificios en mal estado, alto tráfico vehicular, espacios tomados por la economía informal y el anárquico aprovechamiento politiquero. La falta de institucionalidad, respeto a las leyes y la polarización que vivimos, son algunos de los ingredientes que han contribuido con el franco deterioro que sufre nuestra capital, aquella que durante los años ochenta era envidia y ejemplo para Latinoamérica. El majestuoso Ávila, que hasta el nombre ha perdido, permanece como testigo de 444 años de historia de un valle que lucha por sobrevivir a la desidia y renacer en busca de un mejor futuro. Es momento de exigir el cumplimiento de los deberes constitucionales y morales a nues tros gobernantes, esos que se acuerdan de Caracas sólo para hacer mítines políticos, prome sas incum plidas e ideas ab surdas: una Caracas dentro de Caracas, ca sas en la...

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