El cuento de esos pequeños errores

Ya les digo que un casual y breve encuentro, supermercado mediante, con el profesor Alexis Márquez Rodríguez nos condujo hasta estas líneas. Cree ese baquiano de los vericuetos de nuestro idioma que los diarios tienen que cuidar de mejor manera lo que se publica. Le preocupa, particularmente, el despiporre que ocurre con el uso de las comas. Sobre ese signo, que es casi un suspiro, hemos escrito y lo volveremos a hacer porque la preocupación del profesor está más que justificada. Independientemente de las reglas básicas, tales como evitarla entre el sujeto y el predicado, salvo que medie un inciso, las comas forman parte importantísima del estilo del narrador y por ello, en general, deberían ser respetadas por quien corrige o edita. Pero sobre ellas volveremos en otra oportunidad. Ahora queremos referirnos a algunos errores de todos los días que, a pesar de ser señalados consecutivamente, vuelven, también diariamente, para ensuciar la redacción y la precisión periodística. Verbigracia: Los precios son inaccesibles, por inasequibles, error advertido por el Ma nual de estilo, con ruego de no confundirlos. O este otro: Ha confrontado problemas, por afrontado. Advertido también por el libro que debería normar los usos redaccionales del periódico. Es posible que deslices tan frecuentes puedan ser minimizados bajo el criterio de que los textos se entienden fácilmente. Eso es verdad, tanto como puede entenderse el lenguaje coloquial, e inclusive las jergas, provenga de donde provenga. Ese no es el caso de un diario impreso, al menos de El Nacio nal . Creemos, sin pretensiones academicistas o puristas, que el lenguaje utilizado deberá...

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