La cultura corporativa está destruyendo al mundo

Cuando Gustavo Ott se sienta frente a la pantalla en blanco de su computadora para escribir una obra de teatro es porque está decidido a transformar una noticia Âde resonancias no tan efímeras en un hecho poético susceptible de ser interpretado por unos actores y entendido en su justa dimensión por el público. Antes de crear el texto de Tres noches para cinco perros, el también director del Teatro San Martín de Caracas se planteó hacer una pieza de tema ecológico. Lo que surgió al principio no le satisfizo. Como tantos otros borradores, aquél fue a parar a una gaveta, hasta que el 20 de abril de 2010 la plataforma petrolera Deepwater Horizon, operada en el Golfo de México por la empresa BP, explotó y derramó al mar más de 70 millones de litros de crudo. En aquel accidente murieron 13 personas e infinidad de especies animales propias del lugar. El desastre ambiental llevó a Ott a retomar la obra. Y tras una ardua investigación periodística Âpasión que nunca lo ha abandonadoÂ, que incluyó mucha documentación, entrevistas a familiares de las víctimas y a un ingeniero que trabajó en BP, despedido después del accidente por haber declarado a la prensa que éste se debió a un error de la transnacional, Tres noches para cinco perros tomó cuerpo. Hoy es su premier mundial. Pesadilla americana. La escenografía de Rubén León recrea Deepwater Horizon con más intenciones expresionistas que realistas. Está inspirada en las fotografías de Edward Burtynsky y las esculturas de Jannis Kounellis. El espíritu de Becht recorre las escaleras y los andamios por los que se mueven cinco personajes: cuatro obreros y el representante de la empresa petrolera. Tres de los trabajadores comparten la faena y la misma angustia: del pozo emana un gas que los lleva a pensar que algo no está funcionando bien, que el peligro es inminente. El cuarto obrero es, más bien, una presencia inmaterial, el recuerdo del compañero fallecido en un accidente laboral, ¿o natural?, que gravita por el escenario con voz de consciencia. La corporación está del la do contrario, bien trajeada y haciéndose la sorda ante las advertencias de los que saben qué es lo que ocurre con la plataforma. Con Tres noches para cinco...

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