Cynthia Ozick: Pensar es cosa seria

E scenificar el pensamiento roza lo prodigioso. Emplazar las ideas, introducirlas y luego retirarlas de modo imperceptible para que otras entren en escena; hacer que ocupen un lugar central de la tarima, y luego desplazarlas a un segundo plano; lograr que entre ellas se produzca un intercambio; construir una secuencia o una cortina que, tras un giro elegante, se abre para dar paso a otra cuestión: tales las solturas, las precisas maniobras que Cynthia Ozick 1928, judía y figura mayor de la ficción escrita en inglés, articula evito aquí usar la fórmula `pone en juego’ en sus ensayos.Y es que Ozick no juega. Aun que reivindique la naturaleza titubeante del ensayo de sus propios ensayos, hay una conexión indeclinable con la responsabilidad. En tanto que el ensayista es libre libre para lanzarse en cualquier dirección, para saltar de una idea a otra, para comenzar con el final y terminar con el medio o descartar el comienzo y el fin y quedarse solo en el medio, y que su deambular tiene algo de azaroso, está llamado a res ponder: al lenguaje que empe queñece la realidad; a las falsas incitaciones de las modas culturales; a lo pernicioso del relativismo; al uso de categorías que deforman los hechos como su excurso en contra de lo kafkiano, al que volveré más adelante.Ese sentido de responsabili dad no se formaliza únicamente en la actitud que predomina en su pensamiento. Lo responsable opera asociado a lo serio lo serio es la actitud ajena a lo irregular, al desorden, al engaño, a lo informe. La seriedad rechaza la negación del diferente, evitar hacerse eco del desprecio, se aleja de la indiferencia ante los asuntos del mundo, reconoce la diferencia entre ficción y periodismo, se obliga a considerar en toda su complejidad, por ejemplo, la tensión entre experimentación e innovación. La seriedad literaria es, en las sugestivas palabras de Ozick, una rama de la seriedad vital.Invocar y ejecutar un pen sar serio es inseparable del encanto y vivacidad, del fluir narrativo, del nombrar con genio con que Ozick hace sentir la soberanía de sus reflexiones. Lo...

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