Damián Szifrón muestra su enojo en el cine

Al cineasta argentino Damián Szifrón más de una vez le remolcaron el carro. Le pa recía injusto, pero igualmente tenía que pagar la multa. No valían las explicaciones ni reclamos por la inexistencia de señales que indicaran que estaba prohibido aparcar en alguna calle de Buenos Aires.Relatos salvajes , el más re ciente largometraje del director, se nutre de esas situaciones en las que provoca solucionar los problemas de la forma menos aceptada, pero más acorde al instinto de venganza y supervivencia.Lo que hace la pelícu la, como procedimiento, es transportar esas situaciones cotidianas al terreno de la imaginación. Dar rienda suelta a la fantasía y ensayar todas esas cosas que a uno le gustaría hacer, pero que reprime porque mide las consecuencias de sus actos, indica Szifrón por correo electrónico.Son seis historias indepen dientes, con diferentes protagonistas, pero que tienen como hilo conductor el descontrol que genera en alguno de ellos una situación asfixiante, un asesinato sin culpables, un resentido vengador o una novia engañada.Una de ellas es la del con ductor cansado de sanciones injustas. La protagoniza Ricardo Darín con el nombre de Simón Fisher, un repentino héroe que materializa el deseo de miles de habitantes cansados de injusticias legales.Fue el primer actor que convoqué y le ofrecí dos personajes distintos. El de este ingeniero experto en demoliciones fue el que más le gustó y a mí me pareció perfecto. Es el actor ideal para narrar la historia del hombre común que pierde los estribos ante la insensatez del sistema en el que vive, dice.Szifrón es contrario a to do lo que someta al individuo, bien sea el tráfico, el caos de las ciudades o los vicios del sistema político. Sin embargo, es en esas situaciones que halla la inspiración.Si viviéramos en una so ciedad más sensata, realmente pensada en función del bienestar de la mayoría y no en el de unos pocos, las historias serían diferentes. Existirían menos héroes de acción, menos violencia en la pantalla.Los artistas se concentrarían más en comunicar las cosas que admiran que en expresar un enojo respecto de las que le molestan. Quizás el cine sería un poco más aburrido, pero la vida más placentera, reconoce el realizador de 39 años de edad sobre la cinta...

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