Damnificados se juegan la vida esperando viviendas

La violencia en los refugios ha puesto en zozobra a damnificados. Unos optan por el silencio y no denunciar robos o violaciones de sus derechos porque temen perder la adjudicación de una vivienda o ser agredidos por otras personas en situación similar. Otros dan a conocer sus circunstancias con la condición de no revelar sus nombres. El viernes 24 de febrero, a las 3:20 pm, un refugiado que vive en la tribuna A de La Rinconada llamó por teléfono para informar que cinco minutos antes varios hombres llegaron disparando a la entrada del albergue. La versión que más se escuchaba en los pasillos era que iban tras la pista de otras personas. "Todo el mundo escuchó el tiroteo, pero nadie sabe por qué ocurrió. Situaciones como esa se presentan constantemente. Tenemos miedo de vivir así. Necesitamos policías en cada uno de los pisos las 24 horas", dijo. En el refugio Argimiro Gabaldón, en Caño Amarillo, las personas están acostumbradas, como en las tribunas A y C del hipódromo La Rinconada, a tener una suerte de toque de queda en sus frágiles cubículos de draibol cuando cae la noche. "Todos los días salgo a trabajar con el temor de que se metan en mi cubículo, pues si no violan la cerradura entran por arriba. Hace un mes me robaron una caja de herramientas de mi carro. Cuando llegué encontré todas mis cosas desordenadas", denunció una damnificada que vive desde hace 14 meses en el albergue de Caño Amarillo. Pocos son los casos en los que los grupos familiares conviven de manera armónica y respetuosa, como establece el artículo 34 de la Ley Especial de Refugios Dignos. Una mujer que habita con su esposo y dos hijos En la tribuna C de La Rinconada lamentó que las personas no sean solidarias entre sí. "No entiendo por qué son así. Si no eres de su zona, no tienes derecho a compartir con ellos. Tampoco puedes estar en su espacio o mirarlos mal, porque hasta te matan. Es absurdo que estemos así. Todos somos damnificados, luchamos y ponemos en riesgo nuestras vidas por una casa", expresó.

Seguridad ficticia. La custodia en los albergues está a cargo de la Guardia Nacional y la Policía Nacional. Pero los módulos, que por lo general habilitan en el primer nivel de los refugios, no ayudan a controlar la violencia en esos lugares. En los albergues de Caño Amarillo y las tribunas A y C de La Rinconada la seguridad no es efectiva, pues personas ajenas a esos refugios entran y salen sin control alguno. Aunque en Sambil Candelaria hay un sistema computarizado y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR