Un David todavía lucha contra el Goliat de la falta de recursos

Hace 115 años el inquieto fotógrafo maracucho Manuel Trujillo Durán accionó el recién creado cinematógrafo para filmar a un dentista mientras sacaba muelas en un hotel y a unas muchachas bañándose a orillas del lago de Maracaibo. Hoy no conocemos los nombres de aquellas primeras estrellas del cine nacional, pero esas películas que sorprendieron a los lugareños durante su proyección en el Teatro Baralt eran el magnífico testimonio de parte de la cotidianidad zuliana de 1897. No es difícil imaginar la emo ción que sintió el público asistente a aquella pionera función, cuando desde una butaca podían identificar el paisaje por el que, de seguro, transitaban a diario. Ha pasado más de un siglo y las películas venezolanas no han dejado de hacerse, de mostrarse y mostrarnos. Y a medida que el horizonte se ha ensanchado y se ha hecho más complejo, también lo han hecho los filmes nacionales, pues el punto focal de nuestra cinematografía ha sido siempre la realidad. Una realidad susceptible de ser tratada desde el compromiso de la denuncia, el endulzamiento del melodrama, la adrenalina del policial o el placer de la comedia. Así, antes que hoy, 28 de ene ro, el cine venezolano apague las velas de su torta de cumpleaños, la productora Luisa de La Ville, la realizadora Fina Torres, el actor Luigi Sciamanna, el cineasta y presidente de la Asociación Nacional de Autores Cinematográficos, Rafael Straga, y el guionista Frank Baiz Quevedo esbozan lo que, a juicio de cada quien, son los retos y metas de un agasajado que se niega a abandonar la juventud. Secuencia única. Escena 1. Productora de cintas como Taita Boves Luis Alberto La mata y Er relajo der loro John Petrizzelli, entre muchas otras, Luisa de La Ville tiene la ecuación perfecta para que el cine nacional se consolide cuantitativa y cualitativamente: Para hacer grandes películas hay que hacer muchas películas. Cuando uno disfruta de ver una gran obra en una cinematografía sabe que detrás y al lado de ésta hay muchas obras regulares y malas, dice. Se ha entendido la necesi dad de trabajar con mejores guiones, y eso se agradece. Son guiones que cuentan con 6, 10, 15 versiones, buscando perfeccionar la espina dorsal del proyecto. Han venido guionistas reconocidos a dictar talleres y muchos de nuestros guionistas y directores-guionistas han salido afuera con sus proyectos bajo el brazo buscando mejorar sus historias. Estas prácticas deben continuar y aumentar, agrega la productora. Sobre el...

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