Debate II

El segundo debate tu vo un formato diferente al primero. Se mantuvo la restricción de un minuto por candidato para responder preguntas formu ladas por seis periodistas. El orden de la interacción fue aleatoria. Esto garantizaba que no hubiera preguntas arregladas salvo que la suerte casara a un candidato con su pregunta. La máquina, que seleccionaba la pregunta y al candidato, le dio al ambiente un cierto aire de frivolidad que deslucía ante la seriedad que debía tener el debate. Eso, y la ausencia de público visible, le resto calor al escenario que lució demasiado aséptico. Las preguntas fueron adecuadas salvo en una ocasión cuando el periodista se regocijo demasiado con su propio verbo. Los representantes de los candidatos deben repensar el tiempo de un minuto asignado. Dos minutos les daría la oportunidad de redondear sus intervenciones. Eso y buscar la forma de que dialoguen entre ellos para que haya un verdadero debate. En esta ocasión se perdieron oportunidades para contrastar opiniones cara a cara. Una de ellas fue cuando le preguntaron a Capriles si apoyaría el juicio a Chávez en La Haya. Capriles respondió que él no era juez y a Diego Arria se le quedó fría la contrarréplica. Mi opinión sobre las intervenciones de los candidatos: Pablo Medina. Estuvo bien. Contesto las preguntas y aprovecho segundos que le quedaban para introducir temas que quería proponer. Los debates ganan mucho con la participación de Medina. Un candidato que no le tiene miedo a los temas y que representa a un sector del país laboral que no podía estar ausente de este proceso. Henrique Capriles. Aprovechó su tema favorito, la educación para dar buenas respuestas. Sigue dando la impresión de excesivo cuidado. Como si estuviese protegiendo la ventaja que lleva en...

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