Debutar en el reino de Poseidón

Marina de Punta Brava, Puerto Cabello. 11:30 am. El grupo llega con entusiasmo al gran muelle. Las mariposas en el estómago no son sólo producto del hambre que ataca al acercarse el mediodía: hay quienes saltarán por primera vez al agua en calidad de fisgones de la vida marina. Las dudas abundan, pero no amilanan las expectativas. En el yate Tiempo, propiedad del instructor certificado Padi, Juan Manuel Hernández, dos buzos con experiencia animan a dos novatos que sólo conocen el fondo de una piscina. El recorrido comienza y el fortín San Felipe empieza a alejarse. La voz dulce de la instructo ra Iris Santana hace el resto. Cuando se está abajo, todo se olvida, dice a la par que muestra un libro donde se ilustran, con detalle, las especies viven en las aguas del Parque Nacional San Esteban, ubicado en el estado Carabobo. Es en sus cayos donde llevan a primerizos y reincidentes para hacer las inmersiones. Isla Alcatraz es la primera parada. Sobre las serenas aguas de esta ensenada, Santana explica que su arrecife coralino es ideal para dar clases y punto de desove de tortugas. La profundidad varía de 5 a 15 metros. Es una laguna de fondo arenoso donde se encuentran rayas, caballitos de mar, peces león y peces piedra, dice. Para hacer la actividad y pre servar la biodiversidad, el equipo se mantiene a 100 metros de la orilla para sumergirse. La curiosidad de los principiantes se dispara después de ver los alcatraces posarse sobre la barrera de corales e imaginar lo que aguarda debajo. El yate prende otra vez sus motores y el viento se lleva la ansiedad. Esqueletos de la guerra. Una herradura de metal oxidado se asoma sobre la superficie turquesa y advierte la llegada a Isla Larga. Las ruinas pertenecen al barco alemán Sesostris, incendiado durante la Segunda Guerra Mundial. De esta nave, que realizaba actividades comerciales entre Puerto Cabello y Alemania, sólo queda al descubierto su popa. El buque medía 100 metros de largo. Santana cuenta que, cuando Venezuela pasó a formar parte de los Aliados, el presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, dio la orden de confiscar los barcos. Su tripulación fue desalojada y la nave quemada. El Jaco, navío de bandera italiana Âcuya popa también sobresale sufrió el mismo destino. Posteriormente, el presidente Isaías Medina Angarita pidió que las embarcaciones fueran remolcadas y llevadas a Isla Larga. La profundidad máxima pa ra bucear en este cayo es de, aproximadamente, 18 metros. No hay...

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