Decencia frente a maquinaria

Los ideales no cono-cen el miedo, ni hay cosa alguna que los detenga. Los ideales son el combustible sagrado que siempre ha alimentado a la libertad por los siglos de los siglos. Los ideales son los que sostienen, con proverbial entereza, a los jóvenes venezolanos; ellos no se cansan de hacer ofrendas ante la vida para darnos democra cia, por rescatar la libertad que, en no lejanos tiempos, gozaba Venezuela.Vergonzosos sacristanes tampoco se cansan de operar contra ellos, los hay de todo pelaje. Hay aquellos que ahora pretenden achacar la responsabilidad de la llegada del difunto al poder en 1998 a la votación masiva de la clase media. Nada dicen del descrédito de la dirigencia de las organizaciones políticas con sus propios regentes. Ahora nadie quiere evocar aquella imagen del otrora todopoderoso caudillo adeco Luis Alfaro Ucero, convertido en un mendigo harapiento al que su propio partido dejó a la intemperie, provocando con ello que la militancia de base se volcara a votar por Chávez. Menos quieren recordar a Miss Irene dejada al pairo por los honorables socialcristianos que, después de engalanarla y alborotarla, la dejaron plantada en medio de la plaza.Nuevamente los cabezas de los benditos partidos juegan sus cartas de siempre.Otros hacen el trabajo sucio y ellos luego llegan de traje y corbata a poner al servicio de los intereses nacionales sus mejores esfuerzos. Con...

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