Decir adiós no es fácil

Uno abre los ojos, se toma un café, mira hacia el Ávila, descubre las primeras noticias del día, huele a cáscaras de mandarinas, hace una cola en el banco, pierde el tiempo persiguiendo algo que no hay, sabe que no podrá viajar, lee un libro y sigue viviendo. Todos los días nos despedimos de algo que no sabemos qué es.Mientras el enorme adiós en el que se ha convertido el país sigue su rutina, cae en mis manos desde la biblioteca un libro que ya he leído. Es la última obra de un escritor maldito estadounidense, Richard Brautigan, Una mujer infortunada.Es breve, inolvidable, y se organiza alrededor de las pistas de un viaje sin regreso.Este año se cumplen 30 años de la muerte del escritor 1984, que había nacido en Tacoma, Washington 1935. Fue una figura notable de la contracultura de los años sesenta y tuvo una vida llena de adversidades: pobreza, demasiados domicilios temporales, no conoció a su padre, su madre se casó varias veces, tuvo que sobrevivir con sus hermanastras.Se ha dicho que su cerebro fue el único juguete que tuvo’’.A los veinte años fue recluido en un psiquiátrico por arrojar una piedra contra una comisaría. Pudo de todas maneras construir una obra que trascendió su muerte.Pienso entonces en una fra se del cineasta español Julio Medem Los amantes del círcu lo polar que siempre me per sigue: Podría contar mi vida uniendo casualidades’’.Apenas abro el libro, recuer do lo que me llamó la atención de Una mujer infortunada la primera vez que lo agarré: además de la forma de encadenar situaciones absurdas y definir personajes extraños, medetuve lentamente en su prólogo.Allí Brautigan ilumina una escena cotidiana. Está en su casa. Recibe la llamada de un amigo que lo conmociona. Luego se queda en silencio y llama a una vecina. Le pregunta si quisiera comerse un trozo de patilla. La había comprado para una cena, pero al final no la comieron y se echaría a perder.La amiga aceptó la oferta. Lo invitó a acercarse a su casa en media hora, para cenar con ella y un amigo que la visitaba...

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