La defensa de la fiscal

E s martes 4 de julio en la mañana. El movi-miento de personas que llega a la entrada de la sede del Ministerio Público, en Parque Carabobo, es el triple de lo habitual.Hay un barullo que inunda la planta baja donde usualmente esperan quienes llegan a presentar una denuncia o a procesar un trámite. Pero hoy no hay público, todos los que se mueven de aquí para allá son trabajadores del MP, que más que nunca portan sus carnet al frente.Las pantallas por las cuales regularmente trans miten micros institucionales sintonizan un canal de televisión interno por el que esperan ver el pronunciamiento de la fiscal general Luisa Ortega Díaz, quien está en su oficina en el mismo edificio y no en camino al Tribunal Supremo de Justicia, donde fue citada esa mañana por el inicio de un proceso de antejuicio de mérito en su contra.Los funcionarios de seguridad coordinan meticu losamente el acceso de cada una de las personas ajenas al personal que quieren entrar al edificio: ¿A dónde se dirige? ¿Qué viene a hacer? ¿A quién está solicitando? Aunque el despacho sigue en funciones, hoy los trámites van a media marcha porque la mayoría de los cubículos están vacíos y el personal tiene la mirada pegada a las pantallas encendidas por todas las áreas comunes del edificio. Ya viene bajando, se escucha el anuncio como un eco que recorre la planta baja y los pisos superiores que siguen abarrotados de gente en los pasillos.Si a la jefa la sacan, lo que va a haber es una bo tazón descomunal. Hay que estar claros, dice una voz líder desde el comedor lleno de gente aunque todavía no sea la hora del almuerzo.Y de repente el barullo se hace silencio. Junto al paso marcado de una mujer vestida con blusa blanca, pantalones y chaqueta negra comienzan a sonar los aplausos. ¡Bravo, valiente, valiente! Es Luisa Ortega Díaz, la jefa, la fiscal general, quien sonríe y agradece el recibimiento.Lleva una carpeta en la mano y va escoltada por un mínimo personal de protocolo. Se mueve cómoda hacia el encuentro con la prensa que la espera en un auditorio colmado de cámaras y periodistas pero también de fiscales, directores de despacho y personal del ministerio.Aunque los papeles se mueven ligeros cuando saluda lo que la Fiscal lleva en la mano son pruebas que demuestran los vicios del proceso que está enfrentando.Resteados con LOD. Durante los días previos al anuncio del antejuicio de mérito, la sede de la Fiscalía en Parque Carabobo ha sido un sitio muy concurrido. Las recepcionistas...

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