Deformaciones

Mucho tiempo duró la discusión entre los trotskistas sobre el carácter de lo que se ha venido llamando revolución cubana, obviemos las mayúsculas. La premisa era que no siéndolo la soviética, mucho menos lo podía ser una emulación tropicalera conducida por una pequeña burguesía radicalizada, con muchos trazos gansteriles y que sustituía el debate, la formación y las enseñanzas de la historia con voluntarismo y caprichos de presuntos iluminados. Vulgar bonapartismo. Habiendo llegado la experien cia al tercer lustro del siglo XXI lo único que han demostrado los barbudos de la Sierra Maestra devenidos en comunistas patrocinados por Moscú ha sido su capacidad para mantenerse en el poder, además de ser los más eficientes del hemisferio en la propagación de cuanta miseria sea posible concebir o imaginar. Desde las primeras estatizacio nes y expropiaciones, que fueron miles de miles y que abarcaron todo tipo de propiedad, se vio claro que no se trataba de una revolución de los trabajadores, de los oprimidos y marginados, sino de una élite pequeñoburguesa radicalizada. La clase obrera fue segregada de la dirección del proceso, su participación era nominal, nunca funcional. La dirección pasó a los militares. Se repitió la vieja fórmula del caudillismo latinoamericano, con su absolutismo centralista y el nuevo culto a la personalidad. Obvio, los intereses de la camarilla en el poder se oponen a las...

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